La Ley de Defensa de Dolarización, aprobada en abril de 2021, eliminó la facultad de que el Banco Central emita moneda electrónica.
La idea de Andrés Arauz, candidato a la Vicepresidencia por la Revolución Ciudadana, de crear un sistema de “ecuadolarización“, en lugar de ladolarización que está vigente desde 2000, no se puede implementar en Ecuador. ¿Por qué? Debido a que lo prohíbe el actual Código Monetario y Financiero (Comif).
Lo que el candidato explicó en el medio de comunicación Perfil, de Argentina, en abril de 2023 y que se viralizó en redes sociales el fin de semana del 5 de agosto, es que con la “ecuadolarización”, losdólares serían “absorbidos” para utilizarlos solo en pagos internacionales.
Arauz no explica quién absorbería los dólares, pero aparentemente sería el Estado.
Y, en cambio, para las transacciones locales, los ecuatorianos tendrían que usar “dinero digital de la banca central ecuatoriana“; es decir, del Banco Central, según el candidato.
Y es que Arauz dice que “utilizar billetes dólares para pagos nacionales es extremadamente ineficiente y reduce las oportunidades de comercio internacional”.
Para Alberto Acosta Burneo, editor de la revista económica Análisis Semanal, esto implicaría que el Gobierno estaría emitiendo una moneda distinta al dólar estadounidense para las transacciones que se realicen dentro de Ecuador.
Pero lo que más preocupa, según el analista económico Andrés Vergara, es la propuesta de “absorber los dólares”. Se entendería que el Estado tomaría los dólares de las personas, que están en cuentas de entidades financieras privadas como bancos y cooperativas, para convertirlos en dinero que solo tendría existencia virtual, dice Vergara.
Pero, ¿qué respaldo tendría ese dinero virtual?, ¿Si un cliente va a un banco a pedir su dinero físico, lo recibirá? Son algunas interrogantes que se desprenden de las declaraciones del candidato.
La ley de 2021 puso candados
La dolarización es un candado que no permite emitir dinero a los gobiernos de turno en Ecuador. Pero hubo quien intentó abrir ese cerrojo.
Por iniciativa del entonces Gobierno de Rafael Correa, la Asamblea aprobó en 2014 el Código Monetario y Financiero (Comif), que introdujo, por primera vez, el llamado el dinero electrónico.
El artículo 101 de esa norma decía que la mencionada moneda electrónica será puesta en circulación privativamente por el Banco Central, entidad que lanzó un plan para implementar el dinero electrónico.
El correismo insistió en que no se trataba de emisión de moneda sin respaldo, sino de un medio de pago.
Y, aunque hubo incentivos tributarios como devolución del IVA por pagos en dinero electrónico, el sistema fracasó porque no logró generar confianza en la población.
En enero de 2018, el entonces presidente Lenín Moreno dispuso eliminar las cuentas de dinero electrónico.
Y, con la Ley de Defensa de la Dolarización, aprobada en abril de 2021, Moreno enterró toda posibilidad de emisión inorgánica a través de dinero digital, pues reformó el artículo 101 del Comif y eliminó la posibilidad de que el BCE ponga en circulación cualquier tipo de moneda electrónica.
En lugar de esto, se estableció que la banca y las cooperativas, así como el BCE, estén autorizados a operar solo medios de pago electrónicos.
La ley aclaró que los medios de pago son los canales a través de los cuales se realizan pagos y cobros. Pero estos pagos y cobros solo se pueden hacer con la única moneda de curso legal en Ecuador: el dólar de los Estados Unidos de América.
La , además, dice en el artículo 94 que “en ningún caso el Estado podrá obligar a una persona natural o jurídica de derecho privado a recibir moneda distinta del dólar de los Estados Unidos de América“.
De ahí que un Gobierno no podrá “absorber” los dólares de los ecuatorianos para usarlos en pagos al extranjero, pues haría falta una reforma legal.
Para Acosta Burneo, la propuesta del correismo de nuevos sistemas monetarios tienen como trasfondo la intención de tener más dinero para elevar el gasto público.
Riesgos de una nueva dolarización
En la entrevista al medio de comunicación argentino, Arauz reconoció que su propuesta sería una especie de “convertibilidad“.
La convertibilidad es un sistema mediante el cual un gobierno fija cuál será el valor de una moneda, frente a otra más fuerte.
Acosta Burneo explica que la convertibilidad en la práctica es solo una promesa, que no puede ser controlada por el Gobierno.
Aunque un eventual nuevo gobierno fijara que un ecuadólar vale USD 1, otros factores incidirían en valor real de esa moneda.
Uno de los factores sería qué moneda prefieran los ecuatorianos. Lo más probable es que los ecuatorianos prefieran dólares americanos, lo que haría que los “ecuadólares“, pierdan valor, agrega Vergara.
Y para Alberto Acosta Burneo, otro riesgo que haría perder valor a los “ecuadólares” sería que el Gobierno emita demasiados, con lo que los precios de los bienes y servicios aumentarían, como ocurre en Venezuela y Argentina.
Con la pérdida de valor de los “ecuadólares”, los ecuatorianos perderían poder adquisitivo y necesitarían más de esa moneda electrónica para comprar bienes o servicios.
Otros riesgos para la economía de Ecuador es que, por la desconfianza ante la propuesta de “absorber los dólares“, los ecuatorianos se vuelquen a retirar los depósitos que tengan en bancos y cooperativas.