Quito atraviesa una situación “crítica” a causa de cinco incendios forestales que este martes la cubrieron de humo y ceniza, lo que llevó a suspender clases presenciales en la capital de Ecuador, un país azotado por la sequía, informaron autoridades.
“Informamos que en consideración de la situación que se atraviesa, la Empresa Eléctrica Quito suspende los racionamientos de energía en su área de concesión hasta las 06:00 de este miércoles, 25 de septiembre de 2024. El Distrito Metropolitano de Quito no tendrá cortes de energía este miércoles, 25 de septiembre, de 06:00 a 18:00”, indicó la entidad.
Grandes nubes de humo se levantaron desde la periferia oriental de la capital, donde se concentraban algunos focos de quema, constataron periodistas de la AFP.
Pobladores reportaron la caída de ceniza en zonas del norte de la ciudad y en el centro histórico, que es parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad y donde están las sedes del gobierno nacional y del municipio local.
Hace tres semanas, cuatro incendios forestales también cubrieron de humo y ceniza a varios sectores de la capital y sus alrededores, sin afectar las operaciones del aeropuerto.
Parte de un bosque de la turística loma de El Panecillo, en el centro colonial, quedó envuelto en llamas hace dos semanas, causando alarma entre pobladores.
Ecuador afronta su peor sequía en seis décadas, que ha derivado en incendios forestales, afectación en el suministro de agua potable, problemas en la producción agrícola y en racionamientos de electricidad de hasta 12 horas diarias al quedar en riesgo embalses de centrales hídricas que cubren un 70% de la demanda nacional.
El municipio indicó que debido a las llamas en la zona de Guápulo fue cerrada parte de la avenida Simón Bolívar, una estratégica vía que conecta el norte y sur de la capital por el lado oriental.
Los incendios generaron un caos vehicular, que estaba agudizado por apagones que dejaron semáforos sin funcionar.
La prolongada seca de todo el año en Ecuador ha originado 3.302 incendios forestales, que han quemado 37.808 hectáreas de vegetación y dejado 14 personas heridas y 797 damnificados y afectados, así como 44.742 animales de granja muertos, según el reporte del martes de la secretaría de Riesgos.
De las 24 provincias, 20 están en alerta roja por la “crisis hídrica”, que ha afectado a unas 40.000 hectáreas de cultivos.