La desaparición del cuerpo de Junior Roldán, alias ‘JR’, de un cementerio de Colombia, sigue rodeada de misterio y pocos detalles oficiales. Las autoridades del vecino país investigan el caso, mientras se van tejiendo diversas teorías sobre las motivaciones de la exhumación ilegal.
Entre la noche del martes 12 y la madrugada del miércoles 13 de septiembre, sujetos ingresaron al Cementerio Central de Envigado, perteneciente a la parroquia de Santa Gertrudis, en el departamento de Antioquia. Los desconocidos profanaron la tumba del capo ecuatoriano y se llevaron el cuerpo con rumbo desconocido.
Uno de los trabajadores del campo santo se percató del hecho luego de ver que una de las puertas principales estaba abierta. Al revisar las tumbas junto a un sacerdote, el empleado evidenció que la bóveda 30 del pabellón 18 estaba vacía.
“No se encontraba el cuerpo de la persona, había sido exhumada en ese sitio”, manifiesta el parte policial.
El trabajador del cementerio alertó a la Policía y se empezó con las indagaciones. Agentes llegaron al sitio para recabar evidencias, lo cual causó sorpresa en los moradores de esta localidad colombiana.
“La Policía puso un sello de seguridad y en ese momento estaban soltando mucha agua sangre en el piso”, afirmó Óscar Rueda, vecino del sector, a la cadena Caracol.
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FASE DE INDAGACIÓN
El director seccional de Fiscalías del Departamento de Antioquia, Daniel Parada, dijo este jueves a periodistas sobre este caso: “actualmente estamos en fase de indagación, tiene unos importantes avances y continuamos en la misma. La maneja un fiscal adscrito a la unidad de vida”. El funcionario no dio detalles sobre este nuevo proceso, que goza de reserva.
Igualmente, señaló que el cadáver de Roldán fue “encontrado en Fredonia en el mes de mayo; estaba en esa población en una casaquinta y allí le quitaron la vida”, por lo que la Fiscalía General de la Nación con apoyo de la Policía Judicial inició una investigación y, según Parada, “hay un muy buen avance”.
Tras la exhumación irregular, el cementerio permanecía cerrado ante el desconcierto de los visitantes, entre ellos Álvaro de Jesús Gómez, quien contó a EFE que asiste con frecuencia a este camposanto para orar y “solo los miércoles no hay atención porque descansa el sepulturero”, así que deduce que por ello “se robaron ese cuerpo sabiendo que él no estaba”.