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Los 19 ríos que cruzan a través de Quito están contaminados con materia fecal, bacterias, metales, grasas, aceites y todo tipo de químicos.

La Secretaría de Ambiente reconoce que los cuatro principales ríos de la ciudad superan los límites permitidos de estas sustancias.

Por ejemplo, el Machángara, Monjas, Pita y San Pedro están lejos de tener las cantidades ideales de grasas y aceites.

La entidad señala que, para que el agua de un río sea calificada con buenos parámetros de calidad, debe contener unmáximo 0,3 miligramos por cada litro(mg/L) de grasas o aceites.

Pero en los ríos de Quito, esas cifras llegan niveles preocupantes. El Machángara presenta 11,93 mg/L; el Monjas, 11,54 mg/L; el Pita, 10,5 mg/L; y el San Pedro, 4,47 mg/L.

Ante esta realidad, el Municipio capitalino reconoce que la ciudad necesita aumentar urgentemente el tratamiento de aguas residuales para evitar una crisis ambiental.

Irina Moncayo, funcionaria del Departamento de Ingeniería de Proyectos de la Epmaps, sostiene que no es una tarea fácil, tomando en cuenta que actualmente la entidad solo trata el 3% de las aguas contaminadas que producen los tres millones de habitantes que tiene la ciudad.

Agrega que recién en 2047 los ríos de la capital estarán descontaminados en un 80% o 90%, pues el Municipio debe construir 24 plantas de tratamiento para cumplir el objetivo.

Moncayo recuerda que estas plantas reemplazarán al proyecto Vindobona que fue descartado por el alcalde Pabel Muñoz, al considerar que los USD 1.000 que se requieren de inversión son un costo muy elevado para la ciudad.

«Las últimas administraciones municipales buscaron financiar el proyecto, pero no lo han logrado porque el monto es elevado», dice Moncayo.

Tres grandes plantas

Uno de los principales objetivos del Municipio de Quito es pasar del 3% al 68,23% de aguas tratadas en los próximos 10 años.

Irina Moncayo, de la Epmaps, dice que la entidad invertirá alrededor de USD 300 millones en la construcción de tres plantas para alcanzar ese objetivo. Se ubicarán en San Antonio de Pichincha, Tinallo y Conocoto.

La planta de San Antonio de Pichincha, detalla, tratará el 54,23% de las aguas residuales de las parroquias urbanas que se ubican en la cuenca del río Monjas.

Mientras que la de Tinallo tendrá una capacidad pare descontaminar el 4% de las aguas del sector de Llano Chico y una parte de Calderón.

Con relación a la planta de Conocoto,Moncayo dice que estará destinada al tratamiento del 7% de las aguas contaminadas de las parroquias del centro, sur y del valle de Los Chillos.

«Las aguas de las demás parroquias se tratarán con las 21 plantas que faltan por construir», agrega.

El Municipio prevé que la inversión para estas obras llegue a USD 800 millones.

Falta de infraestructura en Quito

Otro problema que aumenta la contaminación de los ríos de Quito es la falta de lo que se conoce como intercepción sanitaria.

«No es otra cosa que grandes tubos que están bajo la tierra y que captan las aguas servidas para llevarlas a una planta de tratamiento e impedir que vayan directamente a los ríos», explica Irina Monayo, de la Epmps.

Sin embargo, datos de la Epmaps muestran que la ciudad apenas cuenta con el 33% de esta infraestructura. 

Imagen del río San Pedro, en el suroriente de Quito, el 15 de septiembre de 2023.

«Necesitamos unos USD 400 millonespara que la intercepción sanitaria llegue a toda la ciudad», calcula.

El Municipio tiene previsto que esta infraestructura esté lista en 2045.

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