La vida de Thais Medeiros de Oliveira, una joven que trabajaba en un salón de belleza de la ciudad brasileña de Anápolis, cambió totalmente una tarde de febrero del año pasado.
La mujer, de 25 años, olió casualmente un frasco con un «pimiento de cabra»encurtido que estaba en una mesa de la cocina, mientras se preparaba para almorzar en la casa de su novio.
Acto seguido, sufrió una descompensación que impulsó a su pareja y allegados a llevarla en un auto al hospital más cercano. En tan solo minutos, Thais había pasado de estar conversando con soltura en una sala a estar tendida en un asiento, luchando por su vida.
«Estaba con mis padres en la cocina y empezaron a hablar del tema de la pimienta. Entonces se puso la pimienta en la nariz y la olió. Le empezó a picar la garganta y, al poco tiempo, comenzó a perder fuerzas«, explicó el novio al medio brasileño G1.
La joven llegó inicialmente al Hospital Evangélico Goiano, según reportó el portal referido, en el que fue resucitada y estabilizada. Tras ello, fue enviada a la Santa Casa de Anapolís, sumamente afectada aún por el incidente. Posteriormente se descubrió que enfrentaba una inflamación cerebral (edema) como reacción alérgica al producto.
La situación se agravó tanto que Thais fue enviada a la Unidad de Cuidados Intensivos y llegó a estar en coma. Su padecimiento crítico se alargó a veinte días, en los que, según contó su madre al medio Globo, se sobrepuso también a complicaciones por enfermedades preexistentes como bronquitis y asma.
Tras casi tres semanas de su hospitalización, Thais despertó, después de que los galenos ya habían informado a la familia sobre la lesión cerebral irreversible causada por la reacción alérgica, la primera que la joven experimentaba en su vida.
La suspensión de la sedación que indujo al coma a la trancista, llevada a cabo para proteger su cerebro después de que sufrió un paro cardiorrespiratorio, comenzó el 2 de marzo del 2023. En este estado se sobrepuso a la pérdida temporal de respuestas neurológicas.
En abril, Thais logró sentarse durante la fisioterapia y sintió el sol en su piel por primera vez. La joven, que tenía complicaciones para caminar y hablar, fue trasladada en aquel entonces al Centro Estatal de Rehabilitación y Readaptación Dr. Henrique Santillo para continuar su recuperación.
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A finales de dicho mes, Thais recibió el alta de la Unidad de Cuidados Intensivos y finalmente pudo reunirse con sus hijas después de 80 días de hospitalización. Su familia, lleno de esperanza, comenzó a instalar una unidad de cuidados intensivos en su hogar para que pudiera continuar su tratamiento en un ambiente familiar.
El 1 de agosto, después de más de cinco meses en el hospital, ella finalmente pudo volver a su hogar. Lamentablemente, cuatro días después de su regreso a casa, Thais presentófiebre y orina rojiza, lo que la obligó a regresar al hospital para recibir atención especializada.
Permaneció hospitalizada, visitando ocasionalmente su casa, hasta noviembre, mes en el que inició un tratamiento de neuromodulación. No obstante, una situación similar a la anterior ocurrió, volvió al hospital trassufrir fuertes ataques de broncoespasmo. De vuelta en el centro, se enfrentó a unas infecciones y más complicaciones que, hasta ahora, la aquejan y la mantienen bajo cuidado médico.
Casi un año después de haber olido el frasco de pimientos, Thais todavía enfrenta fuertes lesiones del sistema neuromusculoesquelético, que le complican realizar actividades cotidianas, como hablar y moverse.