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Según un estudio reciente, el consumo de cítricos podría reducir el riesgo de depresión

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Un reciente estudio liderado por Raaj Mehta, médico del Hospital General de Massachusetts e instructor en la Facultad de Medicina de Harvard, ha revelado que el consumo regular de cítricos podría disminuir en un 20% el riesgo de desarrollar depresión. Este hallazgo, basado en datos del extenso Nurses’ Health Study II (NHS2), sugiere que los cítricos no solo benefician la salud física, sino que también podrían tener un impacto significativo en la salud mental a través de su interacción con el microbioma intestinal. Según informó la Harvard Gazette, esta investigación abre nuevas posibilidades para abordar la depresión desde una perspectiva dietética.

La depresión clínica afecta a cientos de millones de personas en todo el mundo, y aproximadamente el 70% de los pacientes no responde a los tratamientos farmacológicos disponibles. Ante esta realidad, el Dr. Mehta y su equipo decidieron explorar alternativas no convencionales, enfocándose en la dieta como un posible factor protector. Según detalló el investigador, la idea surgió cuando su colega, el posdoctorado Chatpol Samuthpongtorn, encontró un artículo que sugería una posible relación entre el consumo de cítricos y un menor riesgo de depresión. Este descubrimiento inicial motivó al equipo a profundizar en el tema utilizando los datos del NHS2, un estudio que desde 1989 recopila información detallada sobre la salud, dieta y estilo de vida de más de 100.000 mujeres.

El papel del microbioma intestinal en la salud mental

El análisis de los datos del NHS2 permitió identificar una correlación específica entre el consumo de cítricos y la reducción del riesgo de depresión. Según explicó el doctor Mehta a la Harvard Gazette, el consumo total de frutas y verduras no mostró una relación significativa con la depresión, pero los cítricos sí destacaron como un factor determinante. Este efecto positivo se atribuye a su capacidad para aumentar la población de una bacteria intestinal específica, la Faecalibacterium prausnitzii, conocida por sus propiedades antiinflamatorias y su papel en la regulación de la salud intestinal.

El equipo de investigación también verificó estos resultados en hombres, utilizando parámetros similares y analizando la presencia de la misma bacteria en el microbioma intestinal. Los hallazgos fueron consistentes: tanto en hombres como en mujeres, el consumo de cítricos se asoció con un 20% menos de riesgo de desarrollar depresión y con niveles más altos de F. prausnitzii en el intestino. Este descubrimiento refuerza la hipótesis de que el microbioma intestinal desempeña un papel crucial en la conexión entre la dieta y la salud mental.

Un vínculo entre el intestino y el cerebro

El mecanismo detrás de este
El mecanismo detrás de este efecto podría estar relacionado con la influencia de las bacterias intestinales en los neurotransmisores humanos

Mehta explicó que el mecanismo detrás de este efecto podría estar relacionado con la influencia de las bacterias intestinales en los neurotransmisores humanos, como la dopamina y la serotonina, que son producidos en gran parte por las células del intestino. Según el investigador, estas bacterias podrían utilizar la vía del ciclo I de la S-adenosil-L-metionina para modular la producción de estos neurotransmisores, que son fundamentales para regular el estado de ánimo.

Hay tanta evidencia que sugiere un fuerte vínculo entre el intestino y el cerebro que no me sorprendió encontrar más”, afirmó el doctor en declaraciones a la Harvard Gazette. Sin embargo, también reconoció que antes de este estudio no había considerado a los cítricos como un alimento con beneficios directos para la salud cerebral. “A menudo se escucha que el pescado es un ‘alimento para el cerebro’, pero nadie dice que las naranjas lo sean”, añadió.

El potencial de otros cítricos y futuras investigaciones

El estudio se centró principalmente
El estudio se centró principalmente en las naranjas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Aunque el estudio se centró principalmente en las naranjas, el equipo de investigación se plantea explorar si otros cítricos, como limones, mandarinas, pomelos, bergamotas o limas, podrían tener efectos similares. Esta pregunta abre la puerta a futuras investigaciones que podrían ampliar el alcance de estos hallazgos y proporcionar una base más sólida para recomendaciones dietéticas específicas.

El Dr. Mehta destacó la importancia de seguir investigando para comprender mejor cómo los alimentos pueden influir en la salud mental a través del microbioma intestinal. Además, subrayó que estos resultados no deben interpretarse como una solución única para la depresión, sino como una herramienta complementaria que podría integrarse en estrategias más amplias de prevención y tratamiento.

Un enfoque dietético para un problema global

La depresión es una de las principales causas de discapacidad en el mundo, y su tratamiento sigue siendo un desafío para la medicina moderna. Según consignó la Harvard Gazette, este estudio representa un paso importante hacia la comprensión de cómo factores dietéticos específicos pueden contribuir a reducir el riesgo de esta enfermedad. Aunque se necesitan más investigaciones para confirmar estos hallazgos y explorar su aplicabilidad en diferentes poblaciones, los resultados preliminares son prometedores.

En un contexto en el que la mayoría de los tratamientos actuales para la depresión se centran en medicamentos y terapias psicológicas, este enfoque basado en la dieta ofrece una perspectiva innovadora y accesible. Los cítricos, ampliamente disponibles y fáciles de incorporar en la dieta diaria, podrían convertirse en un aliado inesperado en la lucha contra la depresión, siempre como parte de un enfoque integral que incluya otros aspectos de la salud física y mental.

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