La sustitución de buses articulados por unidades más pequeñas ha afectado la capacidad de transporte del Corredor Central Norte. La falta de organización de rutas y frecuencias impide una integración eficiente con el Metro de Quito.
La calidad del transporte público en Quito continúa en declive. Los trolebuses y artículados de la ecovíaoperan en carriles exclusivos en condiciones deplorables, el metro sigue enfrentando problemas técnicos, y el Corredor Central Norte, que está a cargo de operadores privados, está en un estado de deterioro notable.
Anteriormente, el Corredor Central Norte operaba con articulados de gran capacidad, que ofrecían un servicio adecuado, pero ahora lo hace con buses normales (adaptados), que no pueden transportar a todos los usuarios que utilizan ese sistema.
Los retrasos en la reorganización de las rutas y frecuencias, que debía establecerse antes de que opere el metro, también está afectando significativamente al Corredor Central Norte. Esta desorganización impide una integración eficiente con el Metro de Quito, complicando el desplazamiento de los ciudadanos entre estos sistemas de transporte.
William Mosquera, gerente general del Consorcio Central Norte habló sobre el estado actual de este corredor y planteó algunas soluciones que, según dijo, dependen de un incremento en el pasaje.
El Corredor Central Norte necesita más ingresos
Mosquera anunció que las condiciones de mejora del Corredor Central Norte implicarán un aumento en el precio del pasaje. Argumentó que los buses articulados de 18 metros, que operaron desde 2004 y 2005 ya sobrepasaron su vida útil.
Estos buses fueron introducidos bajo un contrato de operación firmado con el entonces alcalde Paco Moncayo. Según Mosquera, muchas de las disposiciones del contrato quedaron sin cumplirse. A pesar de que para 2022 estos buses ya no eran aptos para el servicio, el pasaje seguía siendo de 25 centavos, aunque el contrato inicial preveía estudios tarifarios bienales que habrían aumentado la tarifa a 45 centavos para 2008 o 2009.