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Luis Cabrera: «Los sacerdotes comparten el dolor, la inseguridad, el miedo en zonas conflictivas de Guayaquil»

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Por primera vez Guayaquil será la residencia de un cardenal de la Iglesia Católica. Monseñor Luis Cabrera Herrera, arzobispo de la ciudad, será oficializado como tal el próximo 7 de diciembre en Roma (Italia), lo que dijo reafirma su compromiso contra una inseguridad que toca a los propios sacerdotes. 

En su primera intervención pública tras su nombramiento como cardenal, Cabrera explicó que de las 131 parroquias con las que cuenta Guayaquil, el 60% se ubica en sectores conflictivos y violentos como los Guasmos (al sur de la ciudad) o Monte Sinaí (al noroeste), refirió.

“Nuestros sacerdotes están dando la vida día a día, compartiendo el dolor, la inseguridad, el miedo, y anunciando la paz allí, de tal manera que ese compromiso continúa”, dijo.

El prelado llamó a los distintos actores sociales, políticos y económicos a sentarse y reflexionar sobre las causas de la inseguridad “más allá de sus intereses partidistas e ideológicos”, las que según él pasan por la falta de programas de educación, salud, vivienda y asistencia social.

«Nuestro compromiso es seguir trabajando por la paz, y la paz tiene que ver con la justicia, con la solidaridad, con los grandes valores que Jesús nos propone».Luis Cabrera, arzobispo de Guayaquil. 

“Lógicamente esto no es una tarea solo de la Iglesia, sino de todos los actores sociales (…) Nosotros como iglesia no tenemos la varita mágica o la receta para las soluciones. Nosotros aportamos, pero es un trabajo conjunto”, añadió el religioso.

El actual presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana desempeñó un papel crucial en la promoción del diálogo y el levantamiento de las paralizaciones en las manifestaciones sociales de 2019 y 2022

Cabrera Herrera, de 69 años, originario de Azogues (Cañar), indicó que en su nuevo rol “el desafío será seguir anunciando un mensaje de paz, justicia y solidaridad en un ambiente complejo como el de Ecuador, donde las tensiones y los conflictos son muy grandes”.

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Monseñor Luis Cabrera (centro) en su papel de facilitador del diálogo entre la Conaie y el Gobierno del expresidente Guillermo Lasso, en Quito, en junio 2022.API

La indulgencia por unas melcochas en su vocación

El arzobispo compartió una anécdota sobre su infancia, recordando que su vocación religiosa comenzó el día de su primera comunión, a los 8 o 9 años, aunque no precisamente por razones de devoción.

Él relató que ese día estaba en ayunas desde temprano pues por entonces los requisitos para recibir la comunión exigían un ayuno mínimo previo de tres horas.

Pero desde horas antes de la ceremonia comenzó a recibir monedas de tíos y abuelos. Al verse con dinero, lo primero en lo que pensó fue en comprar golosinas y se fue al frente de la Iglesia a comprar unas 20 melcochas, un dulce tradicional, recordó.

Sin embargo, al recordar que debía guardar el ayuno, se sintió culpable, junto con otros niños. Finalmente, un hermano de la Iglesia los tranquilizó: “La misericordia de Dios es más grande que una melcocha”.

Cabrera, quien se reconoce como un “pecador”, describió esta experiencia como un momento que lo marcó, pues mostraba el poder del perdón y de la misericordia divina, valores que guiarían más adelante en su vida religiosa.

La designación como cardenal lo sorprendió pues dijo que como miembro de la orden franciscana, como “hermano menor” en el servicio, los miembros en vez de aspirar a altos cargos, tienen la consigna de vivir con humildad, en la cercanía y el servicio a los demás.

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Monseñor Luis Cabrera es el sexto ecuatoriano en ser designado cardenal.Conferencia Episcopal Ecuatoriana.

El doble papel como cardenal y obispo

El nuevo rol implica colaborar estrechamente con el Papa -de forma colegiada o personal- y participar en el consejo de cardenales para la elección de futuros pontífices.

Cabrera continuará su servicio como obispo en Guayaquil, a lo que se agregan sus servicios como cardenal consejero del Papa, en dos actividades que no son incompatibles, explicó.

La ceremonia de “creación” llamada consistorio público en la que el prelado se convertirá en miembro del Colegio Cardenalicio, junto a otros 21 obispos, está prevista el sábado 7 de diciembre de 2024, a las 16:00, en la iglesia de San Pedro, en Roma, Italia.

Luego habrá un momento de saludo con las delegaciones, un momento “de acción de gracias y de compromiso”, dijo.

Y se espera que viaje una “delegación significativa” desde Guayaquil, Quito y de otras ciudades. El obispo recordó que una de las primeras llamadas que atendió tras su designación el pasado 6 de octubre -tenía 150 llamadas perdidas- fue la de uno de sus hermanos, que lo llamó conmovido desde Cuenca . 

Se encontraba en un sínodo en Roma. El domingo 8 de diciembre, a las 10:00, está prevista una Eucaristía. Y Cabrera estará de vuelta como cardenal para el sábado 14 de diciembre, a las 10:00, cuando se prevé realizar una eucaristía de acción de gracias en la Catedral de Guayaquil.

El arzobispo había tomado inicialmente la noticia de su designación con “sorpresa y temor” ante la responsabilidad del cargo, aunque luego lo asumió como un “acto de abandono y confianza en Dios”. 

Por ello, cuando le indagan sobre la posibilidad de que Ecuador pueda contar con un primer Papa a través de él, como miembro elegible del Colegio Cardenalicio entre 140 miembros, simplemente niega con la cabeza. “Bueno, ya esa es palabra mayor”.

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