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Tres años después de la primera masacre carcelaria, 178 agentes penitenciarios y servidores administrativos están retenidos en las prisiones.

Presos del Centro de Rehabilitación de la Latacunga y sus familiares, piden paz, al Gobierno Nacional que declaró el estado de conflicto armado interno en el país, el miércoles 10 de enero del 2024.

La crisis de seguridad que vive Ecuadorha venido creciendo de manera silenciosa -al menos- durante una década. Sin embargo, el primer brote de violencia en el sistema carcelario surgió en febrero de 2021. Y tres años después, el Estado no ha podido recuperar el control de las prisiones.

Según la tesis que maneja la Policía Nacional, la violencia criminal se desató en el país por una atomización de las bandas narcoterroristas. El incremento del narcotráfico y la muerte de Jorge Luis Zambrano, alias ‘Rasquiña’, a finales de 2020 fueron los detonantes.

Tras el asesinato de ‘Rasquiña’, los grupos criminales que convivían alrededor de su liderazgo se enfrentaron por más poder y territorio del narcotráfico.

La primera muestra de esa guerra ocurrió el 23 de febrero de 2021. En cuatro cárceles del país, Los Choneros y sus exaliados se enfrentaron, dejando un saldo de 79 presos asesinados

Tras ese episodio, la violencia carcelaria no paró y hubo 14 masacres más. ¿El resultado? Más de 460 internos muertos

Tres años de violencia y sangre

En medio de esta crisis de seguridad, Ecuador ha tenido tres Presidentes: Lenín MorenoGuillermo Lasso Daniel Noboa

Durante la administración de Moreno ocurrió la primera masacre. En ese momento, se atribuyó como el principal problema del sistema carcelario al hacinamiento, con una sobrepoblación que bordeaba el 40%.

La parte más crítica del problema la lidió Lasso: durante su gestión hubo 14 masacres y 387 víctimas. Aunque, también en su administración, el hacinamiento se redujo al 6% y se incrementó la planta de guías penitenciarios, casi llegando al estándar internacional de 10 presos por agente. Pero, eso no fue suficiente.

Además, desde mayo de 2023, se presentó un nuevo fenómeno. Las masacres no se limitaron únicamente a las cárceles, sino que se trasladaron a las calles, dejando víctimas civiles colaterales. No existen cifras oficiales sobre el impacto en inocentes asesinados por el conflicto entre mafias.

La última masacre carcelaria ocurrió a inicios de octubre de 2023, un mes antes de que asumiera Daniel Noboa. Si bien el nuevo Mandatario no ha tenido un evento de este tipo en los casi dos meses que lleva en el poder, las cárceles siguen siendo un problema.

Del escape de ‘Fito’ al secuestro de funcionarios

A finales de diciembre, Adolfo Macías, alias ‘Fito’, uno de los hombres más peligrosos del país y cabecilla de los Choneros, se fugó de la Cárcel Regional del Guayas

Su escape fue el preámbulo para una serie de amotinamientos en nueve cárceles del país. Si bien no se han registrado asesinatos de presos, sí ha habido fugas en las cárceles de Esmeraldas, Santo Domingo, Quito y Riobamba.

De esta última prisión se escaparon más de 30 reclusos. Uno de los evasores es Fabricio Colón Pico, cabecilla de los Lobos y señalado como parte de un plan para asesinar a la fiscal Diana Salazar.

Esta vez, la violencia en las cárceles no apuntó a los presos, sino a los agentes penitenciarios y a otros funcionarios del Servicio de Atención a Privados de la Libertad (SNAI). Desde el lunes 8 de enero de 2024, se registraron secuestros de este personal al interior de las prisiones.

El jueves 11 de enero, luego de varios días de silencio, el SNAI informó que hay 158 agentes penitenciarios y 20 funcionarios retenidos en siete prisiones del país. No se sabe cuál es su estado actual.

Pero, la Asociación de Guías Penitenciarios interpuso un habeas corpus para que se garantice la seguridad de estas personas. Según los representantes de este gremio, los agentes retenidos enfrentan condiciones críticas sin acceso a comida, agua y otras necesidades básicas.

Incluso, en las redes sociales, se han difundido varios videos en los que se observa la supuesta ejecución de guíaspor parte de presos armados. El SNAI no se ha pronunciado al respecto. Pero, el presidente Daniel Noboa dijo que, según un informe militar, no habría agentes asesinados.

Dos nuevas cárceles

En medio de este nuevo episodio de la crisis de seguridad y carcelaria que vive el país, y que ha llevado a Noboa a declarar un conflicto armado interno, el Mandatario presentó un video de dos minutos con los diseños para dos nuevas cárceles.

Se trata de dos centros de alta seguridad que se construirán en Pastaza y Santa Elena. Noboa explicó que estos centros tendrán condiciones tecnológicas de última generación y que tendrán la capacidad para 736 presos, que serán divididos en tres módulos: alta, máxima y supermáxima seguridad.

Sin embargo, más allá de esas cortas imágenes de un rénder, no se tienen más detalles de esta obra proyectada por el Ejecutivo.

No sé conoce cuánto costarán, cuál es el cronograma de construcción ni qué empresas estarán a cargo de su edificación. Hasta el 11 de enero de 2024, en el Portal de Compras Públicas no se ha publicado ningún proceso al respecto.

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