Según un estudio publicado en Neuroimage, la estructura del cerebro de una persona influye en su capacidad de lectura. La investigación, basada en el análisis de datos de más de 1.000 participantes, encontró que los lectores con diferentes niveles de habilidad presentan variaciones anatómicas en regiones claves del cerebro, especialmente en el hemisferio izquierdo, donde se procesan el lenguaje y la comprensión de palabras.
Uno de los hallazgos más importantes de este estudio es la relación entre la lectura y dos áreas del cerebro: el lóbulo temporal anterior y el giro de Heschl. El primero desempeña un papel en la categorización de información y en la asociación de significados. Esto significa que cuando una persona lee una palabra, esta región del cerebro asocia su aspecto visual con la experiencia sensorial y motora relacionada con ella.
El giro de Heschl, que se encuentra en la parte superior del lóbulo temporal, alberga la corteza auditiva. Aunque podría pensarse que la lectura es una habilidad exclusivamente visual, el estudio confirma que el procesamiento de los sonidos del lenguaje es fundamental para leer con fluidez.
La capacidad de emparejar letras con sonidos requiere un nivel de conciencia fonológica que se desarrolla en esta región. Investigaciones previas han demostrado que un giro de Heschl más delgado está relacionado con la dislexia, un trastorno que afecta la lectura.
Sin embargo, este estudio amplía el conocimiento sobre la variación en la corteza auditiva, mostrando que su grosor varía en la población general y que quienes tienen un giro de Heschl más grueso presentan una mayor facilidad para leer
La relación entre el tamaño de ciertas estructuras cerebrales y la lectura no es simple. Según el modelo de “globo” del crecimiento cortical, la cantidad de mielinaen una región influye en su tamaño y forma. Esta es una sustancia que recubre las fibras nerviosas y mejora la velocidad de la comunicación neuronal. En la mayoría de las personas, la corteza auditiva del hemisferio izquierdo contiene más mielina que la del hemisferio derecho.
El estudio también resalta que las habilidades complejas, como la fonología, tienden a estar asociadas con regiones del cerebro de mayor grosor. La fonología es la capacidad de reconocer y manipular los sonidos del habla para formar palabras, lo que requiere la interacción de diversas áreas cerebrales. La investigación menciona que los especialistas en fonética suelen tener más de un giro de Heschl en el hemisferio izquierdo, lo que refuerza la idea de que esta región está vinculada con el procesamiento del lenguaje.
A pesar de estas diferencias estructurales, el estudio destaca que el cerebro es flexible y puede cambiar con la práctica. The Conversation cuenta que investigaciones anteriores han demostrado que los jóvenes adultos que estudian idiomas de manera intensiva desarrollan un aumento en el grosor de las áreas cerebrales relacionadas con el lenguaje. En consecuencia, la lectura frecuente podría moldear el lóbulo temporal anterior y el giro de Heschl, fortaleciendo las conexiones neuronales involucradas en la comprensión y producción del lenguaje
Estos hallazgos son especialmente relevantes en un contexto donde la lectura por placer ha disminuido. De acuerdo con una encuesta de The Reading Agency, la mitad de los adultos en el Reino Unido no lee con regularidad, y casi una cuarta partede los jóvenes entre 16 y 24 años afirma que nunca ha sido lector.
La falta de tiempo y la distracción de las redes sociales se encuentran entre las principales razones por las que las personas leen menos. También hay quienes enfrentan dificultades para concentrarse en la lectura o terminan abandonando los libros antes de finalizarlos.
El descenso en la lectura tiene consecuencias en la salud mental. Según el informe de Reading Agency, las personas que leen con regularidad reportan mayores niveles de bienestar y autoestima, mientras que quienes no leen tienen un 28% más de probabilidades de experimentar síntomas de depresión.
La lectura es una actividad que estimula la imaginación, fomenta la empatía y fortalece la capacidad de interpretar el mundo. Además, existe evidencia de que los países con niveles más altos de alfabetización presentan ingresos per cápita más elevados, lo que sugiere una relación entre la lectura y el desarrollo económico
A pesar de estos desafíos, muchos adultos aún expresan interés en la lectura. Un 59% de los encuestados por The Reading Agencyafirmó que hay muchos libros que les gustaría leer. Para facilitar el acceso a la lectura, esta organización promueve iniciativas como “Quick Reads”, que ofrece libros accesibles por un precio reducido y disponibles en bibliotecas, y “Reading Ahead”, que busca motivar a quienes tienen poco hábito de lectura a comprometerse con un programa de diez semanas para desarrollar el hábito. Estas iniciativas buscan contrarrestar la disminución del interés en la lectura y ayudar a que más personas disfruten de sus beneficios.