Sharath Kumar, un hombre indio de 23 años, falleció el 23 de julio de este año tras resbalarse mientras se mantenía de pie en unas piedras resbaladizas ubicadas a menos de un metro de las intensas corrientes de las cataratas de Arasinagundi.
Antes del tropezón, el joven, quien tenía un perfil activo en redes sociales, posaba para un video de Instagram que su acompañante estaba grabando. Un grito ahogado de su amigo fue lo único que siguió a la imagen de su cuerpo cayendo a la corriente.
Aproximadamente una semana después del incidente, el 30 de julio, las autoridades del distrito de Karnataka’s Udupi, ubicado al sur de India, encontraron el cadáver del hombre atascado entre rocas. Su muerte fue confirmada y la búsqueda se dio por finalizada.
Agentes de las brigadas de búsqueda acotaron que el cuerpo se encontraba en estado de descomposición, a 200 metros del punto en el que se registró la caída. Este fue retirado y entregado a sus familiares, que no fueron notificados por el fallecido sobre su plan de posar al lado de la gran catarata, según el medioIndian Express.
El caso tomó notoriedad a lo largo del mundo al ser replicado por medios internacionales y reavivó un debate en redes sociales entre internautas que discutían sobre la magnitud del peligro bajo la que puede colocarse un ser humano por grabar contenido para este tipo de plataformas.