Kroshik, considerado como el «gato más gordo del mundo», falleció a los 13 años, a pocos meses de haber sido rescatado del sótano de un hospital de la ciudad de Perm, Rusia.
El felino pesaba 17 kilos y fue llevado a un refugio, en donde se corroboró que apenas podía mantenerse en pie y hacer sus necesidades debido a su peso. De hecho, los mismos rescatistas del refugio admitieron que no creían que fuese posible que un gato pudiera alcanzar ese peso.
En el hospital donde residía, Kroshik era sobrealimentado con todo tipo de alimentos, lo que provocó que poco a poco se volviese obeso y perdiera la movilidad en sus patas.
Durante los meses posteriores a su rescate, Kroshik realizó una rutina de ejercicio para bajar de peso, que incluía una estricta dieta y trotar en una cinta bajo el agua dos veces por semana. Al gato no le agradó esta rutina e intentó escaparse solo para que volviera a hacerse viral en redes sociales cuando quedó atrapado en un zapatero.
Las alegrías que dejo el gatito se apagaron el sábado 26 de septiembre, cuando sus cuidadores en el refugio lo notaron fatigado y lo asistieron con oxígeno. A pesar de los esfuerzos de sus cuidadores, el felino falleció aparentemente por una falla masiva en sus órganos.
Muestras del animal fueron recogidas para determinar la verdadera causa y este será cremado, sin especificar en donde serán depositadas sus cenizas.
«Durante mucho tiempo no pudimos entender la razón de la increíble popularidad de Kroshik, porque no hicimos nada para atraer de alguna manera a los medios a su historia. Pero luego nos dimos cuenta: la gente del mundo está cansada de las noticias difíciles. Todos queríamos algo muy lindo. Nos regocijamos con ustedes por cada victoria del gato», dijeron los encargados del refugio.