Desde 2017, los gobiernos ecuatorianos se han encargado de consolidar la cooperación con Estados Unidos, especialmente en seguridad, debido a la crisis que atraviesa el país en el área y que lo ha convertido en el más violento de Latinoamérica.
El momento cúspide de ese estrechamiento de relaciones se dio con Guillermo Lasso. Entre mayo y octubre de 2023, el expresidente logró cerrar tres acuerdos militares con Washington, que fueron finalmente ratificados por Daniel Noboa.
El nuevo embajador en Quito, Arthur Brown, afirmó «los Estados Unidos continúa comprometido en apoyar la seguridad de los ecuatorianos». Sin embargo, el 5 de noviembre de 2024, el país norteamericano tendrá elecciones presidenciales.
La reñida contienda entre la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump presenta dos futuros radicalmente distintos en la política internacional de Estados Unidos. Por ende, esos resultados influirán en las economías latinoamericanas, las tendencias migratorias, la seguridad regional y el equilibrio geopolítico.
Cooperación en seguridad
La cooperación en seguridad con Estados Unidos ha ido creciendo, desde la salida del correísmo del poder. El exembajador Michael Fitzpatrick dijo, en noviembre de 2023, que las diferentes entidades de su gobierno desembolsaban para Ecuador alrededor de USD 1 millón anual en la materia.
En la práctica, en septiembre de 2021, ambos países suscribieron un memorando de entendimiento regional de intercambio de información para combatir el narcotráfico. En julio de 2023, el Departamento de Defensa estadounidense y el Ministerio de Defensa lo renovaron.
A esto se suma, otra hoja de ruta más amplia para cinco años, con una cartera de inversiones de USD 93,4 millones en la materia. Esto se selló en enero de 2024, con la segunda visita de la general Laura Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos.
Toda esa cooperación tiene, además, de un nuevo y extenso marco legal, una trilogía de acuerdos militares: el del Estatuto de las Fuerzas, el de Operaciones contra Actividades Marítimas Transnacionales Ilícitas y el de Asistencia para Interceptación Aérea.
Además, el presidente Noboa impulsa una nueva reforma constitucional, que está en manos de la Asamblea Nacional y que deberá ser llevada a las urnas en el primer semestre de 2025, para abrir la posibilidad de la instalación de bases militares extranjeras nuevamente en Ecuador.
Pero toda esa cooperación en seguridad se refleja también en acciones más cotidianas: la entrega de equipos (chalecos antibalas, trajes antibombas, construcciones, un avión Hércules), programas de capacitación (militares, policías, jueces, fiscales, autoridades, ciudadanía), asistencia técnica en operativos, entre otras.
Las expectativas sobre Harris y Trump
La realidad de la formulación de políticas en Latinoamérica de ambos candidatos presidenciales apunta a una compleja combinación de puntos de presión económicos, de seguridad e ideológicos, según el tanque de pensamiento Global Americans.
Pero el organismo recuerda que, desde principios de la década de 2000, las estrategias hacia la región de los gobiernos demócratas y republicanos han sido una maraña de iniciativas, a menudo secundarias frente a otras prioridades de política global de Washington.
Hoy, la diplomacia con los países más grandes de la región, en particular Brasil y México, es tensa. Los vínculos con otro actor regional clave, Colombia, se han deteriorado, mientras que la diplomacia hacia Venezuela es un problema cada vez más profundo.
Por lo tanto, se espera que Kamala Harris no solo siga, sino que mejore las políticas de Joe Biden frente a Latinoamérica, de acuerdo con Americas Quarterly. Por ejemplo, el control de la frontera con México y la estrategia antinarcóticos con los países andinos. Así como buscar salidas a las crisis en Haití y Venezuela.
Sin embargo, las expectativas podrían ser mayores que los hechos, en caso de que Harris llegue a la Casa Blanca. Esto debido al tenso panorama local en Estados Unidos y a grandes problemas internacionales, como las guerras en Ucrania y Medio Oriente.
Por lo que es probable que América Latina y el Caribe queden relegadas a una baja prioridad diplomática en la agenda demócrata.
Mientras tanto, en caso de una victoria del expresidente Donald Trump, Global Americans considera que las relaciones con países «conservadores-libertarios», como Argentina, Ecuador, Paraguay y El Salvador, podrían permanecer constructivas.
Aunque Latinoamérica no está en el mapa republicano de políticas internacionales, más allá del tema migratorio.
Sin embargo, el temperamento e impaciencia del exmandatario y magnate podrían dar lugar a acciones más directas, en determinados contextos de su interés. Por ejemplo, Trump amenazó a México con declarar la guerra a los carteles de su lado de la frontera.