
Cuando Owen Cooper grabó su primera escena como actor enfrentaba el peso de interpretar el papel complejo de Jamie Miller. Lo hizo con una cámara, siguiéndolo en tiempo real, sin cortes. Ese mismo día, sin saberlo, empezaba una secuencia de episodios que transformarían su vida.
El fenómeno Adolescencia, la miniserie de cuatro capítulos que arrasó en visualizaciones globales, no se forjó en un instante. Su construcción fue quirúrgica, cargada de tensiones técnicas, maniobras de producción insólitas y consecuencias inesperadas para su protagonista.
Una escena, una toma y una taza inolvidable
Era la primera vez que Owen Cooper se paraba frente a una cámara. Y lo hizo en una toma continua que, en su desarrollo, le exigía mantener la concentración durante una escena emocionalmente compleja: Jamie Miller confesaba las motivaciones que lo llevaron a asesinar a una niña, en un diálogo con su psiquiatra infantil.

Esa escena, filmada sin cortes, fue la primera que grabaron para la serie, según relató Independent, y se convirtió en el tercer episodio, el más elogiado por la crítica.
El director decidió incluir un elemento aparentemente trivial: una taza de chocolatecaliente con dulces. Pero ese gesto doméstico escondía una pesadilla técnica. “No era chocolate caliente, porque lo tuvieron que cambiar”, dijo Cooper, al recordar cómo, tras varias tomas, el líquido se transformó en una sustancia de utilería que él describió como “asquerosa”.
A eso se sumó un accidente: en una de las tomas, el personaje Jamie lanzó con furia la taza contra el suelo. “El equipo de cámaras entró corriendo a limpiar lo más rápido que pudo”, recordó Erin Doherty, actriz de la serie, a Independent, entre risas. La bebida dejó el piso pegajoso y puso en aprietos al camarógrafo encargado de registrar la secuencia sin interrupciones.

Ese nivel de precisión técnica requería no solo talento actoral y coordinación logística, sino también un respaldo financiero y creativo sólido. Es ahí donde aparece el nombre de Brad Pitt.
Brad en Zoom y el peso de un nombre en los créditos
“Solo estamos esperando la agenda de Brad”, fue la frase que escuchó Philip Barantini, director de la serie, cuando presentó el proyecto a Plan B Entertainment, la productora que Pitt fundó en 2022 y trabaja en esta famosa serie.
Y el encuentro ocurrió: “Ahí estaba en Zoom: una persona encantadora y un productor increíblemente práctico”, relató Barantini en el pódcast The Rest is Entertainment, quien contó que desde videollamada ayudaba con la producción de la serie.

La implicación de Pitt no fue nominal. Como dueño de Plan B, la misma firma que produjo Bitelchús Bitelchús, Infiltrados y El problema de los 3 cuerpos, se involucró activamente en el proceso.
Su participación en Adolescencia garantizó un estándar de producción que permitió, entre otras cosas, rodar episodios técnicamente ambiciosos como aquel con la taza pegajosa. Y a nivel de imagen, su presencia en los créditos consolidó el prestigio del proyecto en los circuitos internacionales.
En diálogo con Radio Times, el director de Adolescence, Philip Barantini, aseguró que la estrella de Hollywood respaldó el proyecto como productor y participó activamente en su desarrollo: “Brad hablaba por teléfono con nosotros y estaba muy entusiasmado”, afirmó.

Esa visibilidad catapultó a Owen Cooper a una fama súbita que no solo se reflejó en cifras: Adolescencia alcanzó 96,7 millones de visualizaciones en solo tres semanas, además de tener un impacto directo en la vida del actor.»
De la cámara al aula: la fama en el colegio
Tras el estreno de la serie, Cooper volvió a su escuela en Warrington. Lo que esperaba como una vuelta a la rutina fue, en sus palabras, “una locura”. En una entrevista con The New York Times, confesó que los alumnos más pequeños lo reconocían, gritaban su nombre y salían corriendo.
Aunque lo describió como algo “menos molesto” con el correr de los días, su compañero de elenco Stephen Graham no pudo evitar reírse ante la situación: “¿A qué te referís con molestia?”, le preguntó, divertido. Cooper aclaró que no era grave, solo un efecto inesperado de la popularidad.