
El show comenzó con La Fuerte, del álbum ‘El Dorado’ (2017). El estadio entero coreó cada verso mientras la barranquillera saludaba con una sonrisa. Le siguió Girl Like Me, su colaboración con Black Eyed Peas del disco ‘Translation’ (2020).
La tercera canción fue Las de la intuición, de ‘Fijación oral vol. 1’ (2005). El público se tiñó de morado, recordando la icónica peluca del videoclip. La espera había valido la pena: Shakira estaba de regreso y Quito lo sabía.
El clima ayudó al show porque no llovió como en días anteriores. No hubo artistas invitados.
El poder de un público fiel
Aunque el concierto debía empezar a las 20:30, el retraso solo aumentó la expectativa. Antes de salir, Shakira pidió a sus fans en Instagram que compartan sus looks, maquillajes y rituales con los hashtags #lmynlworldtour y #lmynlworldtourquito.
Ya sobre el escenario, la cantante desbordó energía. A las 22:30, cambió el ritmo con Chantaje en versión salsa y luego sorprendió con la bachata de Monotonía. El estadio bailaba y cantaba sin descanso.
Emoción y gratitud en cada palabra
“Quiero agradecerle a mi equipo por hacer posibles estos shows”, dijo la artista, visiblemente conmovida. “Esta noche amerita un abrazo para todos por su trabajo”.
Minutos después, interpretó Si te vas, de su emblemático álbum ‘¿Dónde están los ladrones?’ (1998), mientras el público la acompañaba palabra por palabra. Luego, el escenario se tiñó de azul y un piano dio paso a Última, su balada más reciente del 2024.
Un viaje por su historia musical
A las 23:00, llegó uno de los momentos más esperados: Ojos así, con luces rojas y la inconfundible danza del vientre que la consagró en los 90. Las pantallas proyectaron imágenes de sus primeros éxitos como Dónde estás corazón y Estoy aquí, mientras ella reaparecía con un nuevo atuendo para cantar Pies descalzos.
El público no dejaba de corear. “Gracias Ecuador, gracias mi gente por tantos años acompañándome. Les quiero mucho”, dijo a las 23:11, antes de interpretar Antología. Miles de voces se unieron en un solo coro que estremeció el estadio.
Una noche de ritmo y emoción
Después llegaron Día de enero y Suerte, de ‘Laundry Service’ (2001), con un escenario anaranjado que evocaba sus raíces latinas. El público no podía dejar de grabar cada segundo.
La recta final trajo energía pura con Waka Waka, cuando las luces se llenaron de colores, seguida de Loba, con la mitad de un lobo gigante iluminando el escenario en tonos violetas.
El cierre llegó con Sesión 53, su colaboración más viral, acompañada de fuegos artificiales que pintaron el cielo quiteño. A las 23:47, el show concluyó entre gritos, aplausos y lágrimas de emoción.
Así se vivió el segundo show de Shakira en Quito
El Estadio Atahualpa vibró con la voz y el carisma de Shakira.