
El descubrimiento de 866 nuevas especies marinas por parte de Nippon Foundation-Nekton Ocean Census marcó un hito fundamental para la comprensión de la biodiversidad oceánica. Según National Geographic, el océano cubre el 71% de la superficie terrestre, pero solo un 10% de la vida marina fue documentada.
Esto deja una gran porción desconocida, con entre 1 y 2 millones de especies aún por descubrir. Lo que se busca con este esfuerzo internacional es cerrar esa brecha de conocimiento.
Un esfuerzo global para descubrir la vida marina
Este ambicioso proyecto movilizó a más de 800 científicos de más de 400 institucionesalrededor del mundo. Según detalló National Geographic, las expediciones y los talleres permitieron identificar una sorprendente variedad de especies, algunas nunca antes vistas, como el tiburón guitarra y el oso de agua oceánico, que habitan en las profundidades abisales.
Estos descubrimientos además de revelar la existencia de nuevas criaturas, también exponen la importancia de seguir explorando y protegiendo estos ecosistemas.

Desafíos en la identificación y registro de nuevas especies
Uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la Ocean Census es la identificación y registro oficial de las especies. Según explicó National Geographic, el proceso de identificación de una nueva especie puede tardar hasta 13 y 14 años, lo que deja en una situación vulnerable a especies que podrían desaparecer antes de ser formalmente reconocidas y documentadas.
Para disminuir este riesgo, el proyecto busca acelerar los tiempos mediante el uso de tecnologías avanzadas y un sistemadescentralizado de expertos que permita acortar los plazos.

La amenaza del cambio climático y la sobreexplotación marina
Además de la velocidad con la que se pueden documentar estas especies, la preservación de las mismas enfrenta graves amenazas. Según Oliver Steeds, director de Ocean Census, las especies descubiertas se ven amenazadas por el cambio climático, la contaminación y la sobreexplotación pesquera.
Estas presiones ambientales, exacerbadas por actividades humanas, podrían hacer que muchas de estas nuevas especies desaparezcan antes de que los científicos tengan la oportunidad de comprender completamente su rol ecológico.
Steeds explicó que 1.000 millones de dólares serían necesarios para descubrir 10.000 nuevas especies, pero el verdadero desafío es asegurar que este conocimiento se utilice adecuadamente para implementar medidas efectivas de conservación.

El futuro de la biodiversidad marina: la clave está en la colaboración global
Uno de los aspectos más destacados de este proyecto es la colaboración internacional, que permitió el intercambio de conocimientos y recursos a través de una red global de científicos e instituciones.
Como afirmó Jyotika Virmani, directora ejecutiva del Schmidt Ocean Institute, la verdadera fuerza del Ocean Census radica en su capacidad para unir a diferentes actores, desde gobiernos hasta organizaciones filantrópicas, lo que permitióacelerar la exploración marina como nunca antes.
La cooperación entre instituciones clave como el Instituto Nacional de Agua e Investigación Atmosférica (NIWA) demostró ser esencial para avanzar en el descubrimiento de nuevas especies en zonas remotas del océano.

El océano como un territorio aún por descubrir
El futuro de la biodiversidad marina dependerá de la protección de las especies recién descubiertas. A medida que el Ocean Census continúa su trabajo, cada nueva expedición refuerza la idea de que, aunque mucho se aprendió sobre los océanos, gran parte de su riqueza biológica permanece oculta.
National Geographic destaca que, a pesar de las amenazas que enfrentan estos ecosistemas, los hallazgos recientes sirven como un recordatorio urgente de lo mucho que aún hay por conocer y proteger.
La preservación de estos hábitats dependerá no solo del esfuerzo científico, sino también de la capacidad de adaptarse al cambio climático y mitigar las presiones humanas sobre estos delicados ecosistemas. El medio concluye afirmando que cada nuevo descubrimiento marino recuerda la responsabilidad compartida de proteger estas especies y los ecosistemas en los que habitan.