La noticia dio la vuelta al globo. El intento de asesinato contra Donald Trump, virtual candidato presidencial de la tienda republicana, se produjo durante una concentración en Pensilvania. Un disparo impactó su oreja, mientras el autor fue abatido a tiros. La respuesta oficial rusa termina desinformando.
“No creemos que el intento de eliminar y asesinar a Trump haya sido organizado por las autoridades actuales”, según el vocero del Kremlim, Dimitri Peskov. “El ambiente en torno al candidato Trump (…) provocó lo que Estados Unidos enfrenta hoy”, recogieron medios internacionales, en particular agencia Reuters.
El vocero afirmó que Rusia condenaba todo tipo de violencia en la arena política. “Después de numerosos intentos de sacar al candidato Trump de la arena política, usando primero herramientas legales, tribunales, fiscales, intentos de desacreditar políticamente y comprometer al candidato,era obvio para todos los observadores externos que su vida estaba en peligro”.
Pero quien fue más allá en la narrativa fue la portavoz de Relaciones Exteriores, Maria Zajarova. “¿Quizás sería mejor utilizar este dinero para financiar a la Policía y otros servicios que deberían garantizar la ley y el orden dentro de Estados Unidos? Así, la funcionaria se hacía eco de las críticas de la clase política en ese país, en relación a la monumental falla de las agencias responsables de la seguridad de candidatos.
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El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia mencionó que ese hecho que pudo terminar en la muerte de Trump pone en relieve la necesidad de que Washington deje de financiar al Ejército de Ucrania para enfocarse en la seguridad interna.
Su discurso no se quedó ahí. Zajarova aludió a declaraciones del jefe de Inteligencia Militar de Ucrania, Kirilo Budanov, quien admitió que hubo intentos de asesinar al presidente Putin. Aseguró que esos planes se gestaron con fondos de EE.UU. En esa narrativa, Washington habría creado una estructura terrorista en Ucrania.
Mientras tanto, agencias de prensa citaron declaraciones del presidente de la Duma Estatal, el equivalente al parlamento ruso, quien aseguró que Estados Unidos está al borde de la guerra civil después de años de enfrentar a la población por motivos de raza, religión e ideología, propaganda GLBT, y destruir los valores tradicionales.
Analistas consultados mencionaron que la narrativa rusa no pierde la oportunidad para buscar erosionar los cimientos de la democracia, advirtiendo que es un modo caduco de convivencia social.