
¿Autoestima o amor propio? No confundas tu rendimiento con la dignidad
Uno de los puntos más reveladores de Riso es la distinción técnica entre dos conceptos que solemos mezclar. La autoestima es fluctuante; depende de tus resultados externos (si te va bien en el trabajo, sube; si fallas, baja). Es un indicador de tu rendimiento.
El amor propio, en cambio, es la arquitectura base del sistema. Es la valoración que haces de ti mismo respecto a tu dignidad y autorrespeto, independientemente de si ganas o pierdes. Riso propone una fórmula sencilla para calibrar esto: trátate a ti mismo como tratarías a la persona que más amas. Si no insultarías a tu pareja por cometer un error, ¿por qué permites que tu diálogo interno te llame «estúpido» o «inútil»? El amor propio implica no negociar tus principios, ni siquiera en nombre del romance.

La soberanía afectiva: «Te prefiero, no te necesito»
El concepto más potente que introduce Riso es el cambio de paradigma del «te necesito» al «te prefiero». En nuestra cultura, se nos ha vendido la idea de que el amor es una fusión donde perdemos la individualidad. Esto es un riesgo de seguridad enorme para nuestra salud mental.
La propuesta es la soberanía afectiva o democracia emocional. Tú eres el administrador de tu propio territorio. Cuando le dices a alguien «no te necesito, te prefiero», estás diciendo que lo eliges libremente, no por carencia o supervivencia. El poder en una relación, según Riso, lo tiene quien necesita menos al otro. Esto no significa frialdad, sino autonomía: disfrutar del vínculo sin perder la capacidad de ser uno mismo.
Cuidado con el error de la memoria: La «loca» de la casa
¿Por qué volvemos con ex que nos hicieron daño? Riso explica que la memoria no es un registro fiel, sino una editora creativa y a veces peligrosa. «La memoria es una loca que inventa cosas«, afirma. Tendemos a idealizar el pasado, borrando los malos momentos y dejando una versión «remasterizada» de nuestras exparejas que no corresponde a la realidad. Desafiar tu propia narrativa es vital para no caer en bucles de relaciones tóxicas.
Los 3 indicadores de falta de respeto (Red Flags): Para finalizar, es crucial identificar cuándo nuestro amor propio está siendo vulnerado. Riso destaca tres señales inequívocas de que estás en el lugar incorrecto:
Indiferencia: Lo contrario al amor no es el odio, es que te ignoren. Si no te escuchan o no validan tu presencia, ahí no es.
Instrumentalización: Cuando te usan o manipulan para obtener algo, violando el principio de que eres un fin en ti mismo.
Represión del ser: Si estar con esa persona te obliga a dejar de ser tú mismo, a cambiar tu esencia o a pedir permiso para opinar.
La lección es clara: el amor propio es el factor principal de protección para la salud mental. No se trata de narcisismo, sino de reconocer tu propia humanidad. En esta vida debemos entender que si dudamos de si nos aman, la respuesta probablemente sea no. Por eso más vale que empieces a quererte para poder querer mejor.