El 8 de marzo de 1999, los ecuatorianos encontraron las puertas de los bancos cerrados. No podían retirar sus ahorros. El entonces presidente Jamil Mahuad había declarado un feriado bancario que sumió en la desesperación a miles de ahorristas. Se anunció que la medida duraría 24 horas, pero duró meses. Era la antesala de la dolarización, que este 9 de enero cumple 25 años.
El feriado bancario fue una medida desesperada para evitar lo que entonces ya era evidente: la quiebra del sistema financiero.
Los clientes se habían volcado a retirar sus depósitos, efecto generado por el impuesto a la circulación de capitales que reemplazó al Impuesto a la Renta.
El nuevo impuesto, que era del 1%, gravaba las transacciones financieras, lo que también provocó una fuga de capitales del país de USD 2.600 millones, equivalente a 18.7% del PIB, agravando la crisis de liquidez que vivía la economía.
El congelamiento de las cuentas bancarias aceleró la desconfianza de los ecuatorianos en su moneda, el sucre.
El Sucre perdía valor y los salarios cada vez no valían nada
Y es que el Sucre arrastraba una de las peores devaluaciones de su historia: pasó de 4.493 sucres por dólar en enero de 1998 a 7.119 en enero de 1999 y para diciembre de ese mismo año la cotización trepó hasta los 18.287 sucres por dólar, una devaluación del 276% solo en 1999.