Primicias
«El clima es una de las cosas más duraspero, como hacemos lo que nos gusta, somos felices», agrega Antonio Simba, de 59 años, otro de los guardapáramos del Parque Nacional Antisana.
Lleno de orgullo dice que ellos son un selecto grupo de personas que conoce los secretos que guardan las montañas.
«Sabemos cuando la montaña está tranquila o enojada. Si está despejada es que será una día tranquilo pero, si está nublada, hay que tener cuidado. Eso sí, siempre le pedimos permiso para empezar a trabajar y no tener problemas», cuenta mirando al volcán.
Este grupo de seis hombres es parte de los 28 guardapáramos que cuidan las 45.000 hectáreas donde nace el agua que consumirán los habitantes de Quito.
El agua que nace en los páramos y ríos aledaños al Antisana llega a unos 650.000 hogares del sur y extremo sur de Quito, a través del sistema Mica – Quito Sur, uno de los cinco que proveen de agua potable a la capital.
Los otros cuatro son Sistema Integrado Papallacta, Pita – Puengasí, Conduccones Occidentales y Sistemas Menores.
Pero, antes de que el agua llegue a la ciudad, debe pasar por un proceso de potabilización que dura unas siete horas.La Empresa de Agua Potable (Epmaps) realiza esta tarea para garantizar un agua libre de contaminantes.
Una familia en el páramo
El campamento de los guardapáramos funciona como si fuera una casa. Hay tres dormitorios, sala, comedor y cocina. Quienes están de turno deben organizarse para que no falte comida y que prevalezca el orden.
En la mesa nunca puede faltar el agua de sunfo. Una planta medicinal propia de los páramos de Ecuador que los guardapáramos beben para abrigarse y evitar el soroche o mal de altura.
El arroz, los granos y la proteína animaltambién están entre sus alimentos preferidos.
«Siempre nos apoyamos para evitar algún percance. Estamos capacitados para recorrer los páramos y saber qué hacer si nos encontramos con alguna novedad», dice Antonio Simba.
Cuando termina la jornada, la recompensa está en el campamento. Quien fue designado para quedarse debe preparar la cena y tenerla lista para que sus compañeros recuperen energías.
La noche termina pasadas las 21:00, pues al otro día deben despertarse temprano para un nuevo comienzo en los páramos.
Recuperación del páramo
Los páramos del Antisana han sufrido una grave degradación por la presencia devacas, ovejas y llamingos, que data desde la época de la colonia española.
«La recuperación ha sido difícil y seguimos en la terea, pues el suelo registra graves daños por la presión que ha tenido»,explica Darwin Bohórquez, jefe de Recursos Hídricos de la Empresa de Agua Potable de Quito (Epmaps).
El funcionario agrega que la recuperación del páramo empezó en la década de los años 90, cuando el Municipio de Quito necesitaba encontrar nuevas fuentes paracubrir la demanda de agua en una ciudad que crecía rápidamente.
«La recuperación de este páramo tardará unos 100 años. Seguimos trabajando, pero no es una tarea fácil», insiste.
Lo que sí ha logrado la Epmaps y los guardapáramos es erradicar la presencia de vacas y ovejas, aunque esto significó, en algunos casos, conflictos con los hacendados de la zona que no querían deshacerse de los animales.
La Epmaps insiste en que la preservación de los páramos es una tarea fundamental para garantizar el abastecimiento de agua potable a Quito.