presidente Daniel Noboa ha encendido la mecha de la polémica con declaraciones sobre varios de sus homólogos latinoamericanos, publicadas este lunes en un reportaje de la revista estadounidense The New Yorker. En un tono contundente y sin filtros, Noboa no escatimó en adjetivos para describir a algunos de los líderes más destacados de la región, calificándolos de «snob», «arrogantes» y «llenos de sí mismos».
Noboa no se anduvo con rodeos al referirse al presidente colombiano Gustavo Petro, a quien etiquetó como «un snob izquierdista». Aunque reconoció la inteligencia de Petro, rápidamente desestimó su efectividad al afirmar que «no está consiguiendo hacer nada».
No menos contundente fue su opinión sobre el presidente argentino Javier Milei. Noboa se mostró despectivo al señalar que Milei «no ha logrado nada desde que asumió la Presidencia» y lo describió como «lleno de sí mismo, lo que es muy argentino, por cierto». Estas palabras no solo cuestionan la gestión de Milei, sino que también tocan una fibra sensible al hacer una generalización sobre el carácter nacional argentino.
En cuanto al presidente salvadoreñoNayib Bukele, con quien a menudo se le ha comparado debido a sus políticas de mano dura contra el crimen, Noboa fue igualmente crítico. Lo tachó de «arrogante» y lo acusó de buscar «controlar el poder para sí mismo y hacer rica a su familia». Este comentario puede tener repercusiones significativas, dado el contexto de cooperación y rivalidad en la región en materia de seguridad y lucha contra el crimen organizado.
Noboa también tuvo palabras para el presidente chileno Gabriel Boric, de quien dijo que «parece todo correcto», pero lamentó que esté «encorsetado por sus socios de extrema izquierda». En comparación, el mandatario ecuatoriano se jactó de no tener ese problema, marcando una diferencia en su estilo de gobernar.
Estas declaraciones se producen en un momento particularmente delicado, ya que Ecuador se prepara para ser la sede de la próxima Cumbre Iberoamericana en noviembre. La franqueza de Noboa podría complicar las relaciones diplomáticas con algunos de los países asistentes.
Además, la política exterior de Ecuador ya ha sufrido tensiones recientemente, como el asalto a la Embajada de México en Quito para detener a Jorge Glas, lo que llevó a México a romper relaciones con Ecuador. Las recientes declaraciones de Noboa añaden una capa adicional de complejidad a un escenario ya de por sí cargado de desafíos diplomáticos.
Las reacciones a estas palabras no se harán esperar, y queda por ver cómo influirán en las dinámicas políticas y diplomáticas de la región. Lo que es seguro es que Noboa ha dejado claro que no tiene reparos en expresar sus opiniones, por controvertidas que sean.