La historia se repite como un deja vu. Hace 17 años había una crisis política sin precedentes, al igual que ahora. Aunque en ese entonces se había caído un presidente, ahora se aplicó la muerte cruzada. Hace 17 años, el país se recuperaba de la crisis financiera del 1999, como ahora intenta recuperarse de los efectos de la pandemia. Hace 17 años se enfrentaron Álvaro Noboa y Rafael Correa; ahora son sus “herederos”.
El 2006 se convirtió en un parteaguas en la historia política del país. Al ritmo de“que se vayan todos”, se caía el entonces presidente Lucio Gutiérrez, en 2005, cerrando un ciclo de tres caídas consecutivas: Abdalá Bucaram (1997) y Jamil Mahuad (2000). El país se cansaba de la “partidocracia” y buscaba alternativas.
Con ese panorama, un desconocidoministro de Finanzas del gobierno de Alfredo Palacio se convertía en candidato presidencial con una nueva propuesta política: Alianza PAIS, que ahora se llama Revolución Ciudadana.Rafael Correa, quien se pintaba como el cambio, como la opción de sepultar la vieja política, alcanzó el segundo lugar en la primera vuelta de las elecciones de 2006, con un 22,8 por ciento de los votos.
El primer lugar lo alcanzó al magnate bananero Álvaro Noboa, quien ya había sido diputado y candidato presidencial.Con 26,8 por ciento ganó la primera vuelta. El país se dividió: la segunda vuelta se disputaría entre Correa: el joven tecnócrata, proveniente de una familia de clase media y con la propuesta de cambio, frente a Noboa: el magnate, heredero de un imperio agroindustrial, que representaba a la vieja política.
Fue histórico el debate presidencial cuando Correa y Noboa se enfrentaron. Para algunos, el debate lo perdió Noboa, al perder los estribos increpando y casi gritando a Correa: “Cuánto paga de impuestos”.
Finalmente, Correa ganó la segunda vuelta con el 56.7 por ciento de la votación. Con una nueva Constitución se reeligió en 2009 y luego en 2013, cosechando triunfos en una sola vuelta. Noboa lo intentó por dos veces más, pero no pasó a segunda vuelta.
17 años han pasado desde ese punto de quiebre que fue 2006 y el panorama parece ser diametralmente opuesto. Correa se convirtió en la vieja política, pues ha estado en primera plana de la discusión como gobierno y opositor durante todo este tiempo; heredó su puesto Lenín Moreno, quien cambió de rumbo y se fue en su contra, luego a Andrés Araúz, que no logró ganar la presidencia y ahora a Luisa González, que disputará la segunda vuelta en octubre. Mientras tanto, Álvaro Noboa se disolvió en la discusión política, pero aparece su hijo Daniel Noboa como el outsider, proyectándose como el cambio, puesto que las primeras encuestas y análisis políticos no lo ubicaban como opción para una segunda vuelta.
¿Se consuma la revancha?
“Es irónico no solo que Daniel Noboa y Luisa González ahora se enfrenten en la segunda vuelta, sino que Noboa está auspiciado por MOVER, que antes era Alianza PAÍS, con el que llegó al poder Rafael Correa”, dice la analista política Arianna Tanca. Tras la ruptura entre Lenin Moreno y Rafael Correa, Moreno se quedó con el movimiento Alianza PAÍS y Correa inauguró el movimiento Revolución Ciudadana. En la crisis de partidos que vivimos, similar a la de 2006, Noboa no tuvo reparo en forjar una alianza entre MOVER y el movimiento Pueblo Igualdad y Democracia (PID).