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El inesperado poder de los sentidos para mejorar la memoria

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El “efecto Proust”, llamado así en honor al escritor francés Marcel Proust, ilustra cómo una simple experiencia sensorial puede detonar recuerdos profundos y vívidos. Según investigaciones difundidas por National Geographic, la atención consciente a los estímulos del entorno no solo permite evocar escenas del pasado, sino que también fortalece la memoria a largo plazo.

La ciencia actual respalda la idea de que entrenar los sentidos —vista, oído, olfato, gusto y tacto— puede optimizar la forma en que el cerebro organizaretiene y recupera la información.

El cerebro y la memoria sensorial: una conexión fisiológica

La relación entre percepción sensorial y memoria se basa en la arquitectura cerebral. Al captar una imagen, un sonido o un aroma, se activa una red de señales electroquímicas en la corteza cerebral. Andrew Budson, profesor de neurología en la Boston University Chobanian & Avedisian School of Medicine, explicó a National Geographic que estos impulsos llegan al hipocampo, donde se integran estímulos visuales, auditivos, olfativos, emocionales y cognitivos en una experiencia coherente.

La amígdala añade una capa emocional a esa información, y otras estructuras del hipocampo la etiquetan para su almacenamiento a largo plazo. “Una de las formas en que una memoria puede ser marcada como importante es si estuvo asociada a una sensación intensa, como un olor fuerte o una imagen hermosa”, señaló Budson.

Susanne Jaeggi, profesora de psicología en Northeastern University, destacó que las vivencias multisensoriales —las que involucran varios sentidos al mismo tiempo— facilitan el recuerdo posterior. Este tipo de experiencias generan un “engrama de memoria”, una huella cerebral que abarca múltiples zonas neuronales.

“Todos aprendemos mejor cuando tenemos una experiencia multisensorial, porque literalmente almacenamos esa memoria en múltiples áreas del cerebro”, afirmó Budson.

Las rutas neuronales que conectan
Las rutas neuronales que conectan percepción y memoria revelan por qué algunas experiencias se graban con tanta intensidad (Imagen Ilustrativa Infobae)

Memoria involuntaria y evocación sensorial

El llamado efecto Proust describe la evocación espontánea de recuerdos autobiográficos a partir de un estímulo sensorial. Como relató el autor francés, el sabor de una magdalena mojada en té lo transportó a su infancia.

National Geographic lo ejemplificó con escenas cotidianas: el sonido de una canción antigua o el aroma de lápices recién afilados pueden activar recuerdos escolares con gran nitidez.

Los expertos consultados coincidieron en que no es necesario depender del azar para activar esta capacidad. Al prestar atención activa a los sentidos en momentos relevantes, se favorece una codificación más sólida de la experiencia.

Cómo potenciar la memoria visual

La visión es el sentido dominante en el procesamiento cerebral. Jonathan Schooler, profesor en la Universidad de California Santa Barbara, indicó que “somos muy orientados visualmente; es fácil evocar una imagen en la mente, pero difícil recordar un olor”. Budson apuntó que la visión involucra los lóbulos occipitalparietal y temporal, y ocupa una amplia porción del cerebro.

Un estudio de 2023, publicado en Current Biology, demostró que la memoria visual se basa en códigos neuronales que evolucionan, permitiendo aplicar experiencias pasadas a situaciones nuevas. Tomar nota visual de elementos cotidianos —como una lista de compras— mejora la retención, incluso si se pierde el soporte físico.

National Geographic aconseja ejercitar la observación: concentrarse en colores, formas y texturas de un entorno o una obra artística puede aumentar la precisión del recuerdo visual.

Fijarse en los detalles visuales
Fijarse en los detalles visuales del entorno activa zonas cerebrales clave para codificar información duradera (Imagen Ilustrativa Infobae)

Entrenamiento auditivo

Aunque la memoria auditiva suele considerarse menos duradera que la visual, existen notables variaciones según el contexto. Una investigación publicada en Psychological Research (2021) halló que los músicos presentan ventajas al retener patrones sonoros complejos, como variaciones tonales o rítmicas.

Jaeggi indicó que el grado de interés personal afecta lo que se recuerda. Así, la música asociada a momentos emocionales tiene más posibilidades de permanecer en la memoria.

Entrenar el oído —por ejemplo, al identificar instrumentos individuales en una pieza musical— ayuda a mejorar la memoria de trabajola atención y la percepción auditiva, sobre todo en personas con pérdida leve de audición.

La práctica activa de escuchar
La práctica activa de escuchar mejora la retención verbal y afina la percepción sonora, incluso con la edad (Imagen Ilustrativa Infobae)

Olfato: puerta directa a la emoción

El olfato tiene una relación privilegiada con la memoria y las emociones. Rachel Herz, neurocientífica de la Brown University, señaló a National Geographic que “ningún otro sistema sensorial está tan vinculado al núcleo neural de la emoción, el aprendizaje y la memoria como el olfato”. La corteza olfativa se sitúa junto a la amígdala y el hipocampo, lo que facilita este vínculo.

Un estudio japonés de 2021 mostró que ciertos aromas —como el tatami, la flor de osmanthus o el incienso— desencadenaron recuerdos detallados en los participantes. Otra investigación, publicada en Memory, confirmó que las señales olfativas superan a las visuales al momento de recuperar escenas de la infancia.

Herz recomendó dedicar unos minutos diarios a oler objetos cotidianos y reflexionar sobre los recuerdos que evocan. Además, una revisión de 2023 concluyó que el entrenamiento olfativo contribuye a una mejor cognición y salud cerebral con el paso del tiempo.

Al oler, el cerebro enlaza
Al oler, el cerebro enlaza aroma y recuerdo sin filtros racionales, facilitando evocaciones inesperadas (Imagen Ilustrativa Infobae)

El rol del sabor en la memoria

La memoria gustativa permite evocar sabores específicos tras cierto tiempo. Las señales recogidas por las papilas gustativas se procesan en la corteza cerebral y se vinculan a respuestas emocionales a través de la amígdala.

Pamela Dalton, del Monell Chemical Senses Center, aclaró que gran parte de la percepción del sabor se debe al olfato. Aunque se dice que entre el 75% y el 95%del gusto proviene de este sentido, la cifra varía entre estudios. Lo que sí es claro es que el olfato es crucial para la degustación.

Una publicación en Nature (2022) reveló que adultos que practicaron ejercicios de evocación gustativa mejoraron su capacidad para identificar sabores básicos. Los expertos proponen probar distintos alimentos, enfocarse en sus matices y verbalizar la experiencia. Budson sugirió, como práctica, distinguir los componentes de un vino durante una cata.

Sabores familiares pueden recuperar escenas
Sabores familiares pueden recuperar escenas pasadas, gracias a la compleja interacción entre boca, nariz y emoción (Imagen Ilustrativa Infobae)

Cuando la piel también recuerda

La memoria táctil permite conservar información sobre la texturaforma o temperatura de los objetos. Budson explicó que estas sensaciones se procesan en los lóbulos parietales, muy cercanos a las áreas del movimiento, lo que facilita la integración entre acción y percepción. Esto permite, por ejemplo, manejar objetos sin necesidad de verlos.

Según National Geographic, el entrenamiento táctil —como manipular arroz, arcilla o agua— mejora la atención sostenida y la memoria de trabajo.

Tomar nota de las sensaciones físicas también contribuye a decisiones cotidianas, como elegir ropa más cómoda o materiales agradables al tacto.

Texturas, temperaturas y formas generan
Texturas, temperaturas y formas generan huellas que el cuerpo conserva, incluso sin intervención consciente (Freepik)

Atención multisensorial: una estrategia de fortalecimiento

Los especialistas consultados coinciden en que la clave para mejorar la memoria radica en la atención consciente a los sentidos. Schooler recomendó ejercicios de meditación que primero se centren en la respiración y luego incorporen la percepción visual, auditiva u olfativa.

Herz lo sintetizó así: “Cuanta más atención prestes a cualquier cosa —y la atención es multisensorial—, más se reforzará la información que estás codificando en tu cerebro”.

National Geographic sugiere que la memoria no es un proceso aislado, sino el resultado de una interacción constante entre sentidosemociones y atención. Incorporar ejercicios sensoriales en la vida diaria puede ser una vía eficaz para preservar y potenciar la memoria a lo largo del tiempo.

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